Italia, el nuevo paraíso para los millonarios y la élite mundial.

Existe un lugar donde magnates financieros, estrellas de Hollywood y deportistas de élite buscan poder desconectar y retirarse en paz, estando en un ámbito cómodo y lujoso; Italia.

El “bel paese” (‘bello país’ ) italiano es un factor que los atrae, pero el atributo que más llama a las super-estrellas del cine y de la música, y empresarios más exitosos es el favorable régimen fiscal que encuentran en Italia, donde solo han de pagar una tasa fija de 100.000 euros por todos los ingresos y rentas que tengan fuera de este país.

Una muestra de ello fue la venta de la icónica Villa Buonaccordo de Portofino, por una cifra récord: 35 millones de euros. Consta de 835 metros cuadrados repartidos en cinco niveles, con dos piscinas, siendo una de ellas la de invierno climatizada,y un gran jardín, es conocida, sobre todo, con el nombre de Villa Pagani, pues perteneció a la familia del artista Herbert Pagani (1944-1988). 

El multimillonario que ha comprado esta mansión es el chino Zhan Ling Johnson, líder del grupo Top Dynamic International, dedicado a semiconductores para la electrónica.

Ha llamado la atención que el comprador precisamente haya sido un chino, en una zona en que son muy activos los magnates rusos; el último, cuya identidad no ha sido desvelada, adquirió por una cifra similar otra mansión histórica en Portofino, Villa Altachiara, que perteneció a la condesa Francesca Vacca Augusta, viuda del conde Corrado, el llamado rey de los helicópteros y. La aristócrata falleció, de manera misteriosa, a los 58 años, en 2001.

Los expertos destacan que es evidente la influencia que ha tenido la ley aprobada en el 2017, permitiendo a los extranjeros más adinerados que fijen su residencia en Italia pagar un impuesto fijo de 100.000 euros por todas sus rentas en el extranjero y 25.000 euros por cada familiar. 

Según Lionard Luxury Real Estate, sociedad especializada en venta de mansiones de lujo, la citada ley tuvo un impacto inmediato: en los dos primeros meses de su entrada en vigor, se registró un aumento del 17% en las peticiones del sector.

El caso de Cristiano Ronaldo

Un claro ejemplo muy comentado de los beneficios de esta legislación, una especia de flat tax, es Cristiano Ronaldo, quien ha logrado un ahorro colosal al fichar con la Juventus. De hecho, muchos medios han destacado que una de sus fuertes motivaciones, si no la principal, para trasladarse a Turín fue precisamente dicha flat tax. Ronaldo ha encontrado un buen refugio en la Juventus. 

El jugador portugués recibe 30 millones anuales de la Vecchia Signora, mientras el club tiene que pagar otros tantos en impuestos a la Hacienda pública italiana. Pero Ronaldo se limita a desembolsar 100.000 euros, lo que representa un ahorro fiscal de muchos millones en sus fabulosos negocios multimillonarios de publicidad, patrocinadores y rentas que percibe fuera de Italia, aunque muchos de esos ingresos tengan su fuente precisamente por su actividad en este país. Cabe recordar que la super-estrella del fútbol portuguesa pagó al Fisco español en enero de 2019 una multa de 18,8 millones de euros por fraude fiscal, al ocultar los ingresos que generaron sus derechos de imagen entre el 2011 y 2014, una multa que no se habría producido en Italia con su actual legislación.

Sin duda, la popular imagen de Cristiano Ronaldo ha tenido influencia para quienes buscan amparo en una beneficiosa ley fiscal para los ricos. Como la ha tenido George Clooney. El actor y director estadounidense se compró la fabulosa Villa Oleandra, del siglo XVIII, en Laglio, con una vista espectacular sobre el lago de Como. Esa historia de amor de Clooney con ese magnífico paisaje ha motivado que muchos norteamericanos hayan puesto también sus ojos en el lago de Como para invertir en mansiones.  

Según distintas agencias de análisis e investigación de datos relacionados con la venta de inmuebles, más de un millón y medio de extranjeros han buscado casa en Italia en el 2018, casi un 9 por ciento más que en el año precedente. 

Toscana es la región reina en atractivo para los extranjeros, seguida de Apulia, Lombardía, Liguria, Cerdeña, Sicilia, Piamonte y Umbria. Por países de procedencia, sigue el incremento de Estados Unidos, seguido de Gran Bretaña, Alemania, Francia, Holanda, Bélgica, Suiza y Canadá. Sin olvidar, por supuesto, los magnates rusos y chinos, también en aumento.

Existen numerosas medidas aprobadas por el gobierno italiano en esta dirección, y se planean nuevas en el futuro. La reciente Ley de Estabilidad contemplaba ya una medida de la que ya se ha beneficiado Cristiano Ronaldo en su primera temporada como jugador de la Juventus: un impuesto fijo de 100.000 euros para nuevos contribuyentes (los que no han vivido en Italia al menos nueve de los diez últimos años) y sus rentas producidas en el extranjero, incluyendo inmuebles y contratos de patrocinio.

Italia, ¿nuevo paraíso para los superricos? La tarifa plana fiscal atrae a grandes fortunas

El Gobierno de Matteo Renzi aprobó en 2017 el pago de un máximo de 100.000 euros en impuestos. Según el Ministerio de Finanzas, más de un centenar de millonarios se benefician ya de ello.

El año pasado, el Gobierno de Matteo Renzi desató ríos de tinta al anunciar una nueva ley que permitiría pagar una tarifa plana de 100.000 dólares en impuestos a aquellos super-ricos que moviesen su residencia fiscal a Italia. La medida estaba pensada para atraer grandes fortunas que ayudasen a sanear las maltrechas arcas italianas, especialmente aquellas que se disponían a salir del Reino Unido a consecuencia del Brexit.

La iniciativa parece estar funcionando: según el jefe de la oficina del ministro de Economía y Finanzas, Fabrizio Pagani, unos 150 multimillonarios se han interesado por poner en práctica esta medida. «Tenemos personas del Reino Unido, Suiza, Rusia y de los EEUU«, ha indicado en una entrevista en Londres. «Pero también tenemos noruegos y algunos holandeses. Algunas de esas personas son coleccionistas de arte. Estamos hablando de gente muy, muy rica», ha asegurado.

La regulación, aprobada en marzo de 2017, aplica ese impuesto de 100.000 dólares anuales sobre los ingresos de ese contribuyente en todo el mundo, aunque no en Italia: las actividades económicas generadas por esa persona en el propio país están sujetas a la misma tasación que el resto de individuos. 

Para que esta cantidad le salga rentable, el individuo debe ser propietario de una riqueza por valor de al menos 15 millones de euros, según cálculos de Stephen Loconte, de la consultora británica Loconte & Partners.

La medida está pensada sobre todo para atraer grandes capitales extranjeros, y no para italianos que hubiesen movido su residencia fiscal a otras latitudes para pagar menos impuestos. Por este motivo, aquellos compatriotas que deseen regresar al fisco italiano deben demostrar que han permanecido en el extranjero durante al menos nueve de los 10 años anteriores. La promulgación de esta ley no fue fortuita: se anunció poco antes de que Londres se dispusiese a recortar el régimen especial de muchas de sus grandes fortunas, a las que, en caso de haber permanecido en el Reino Unido durante más de 15 años, se permitía abonar una tarifa plana de 65.000 libras esterlinas por sus ingresos en el extranjero.